Es recomendable que las personas mayores de 40 años acudan a una revisión oftalmologica cada 2 años.
En la semana mundial del glaucoma desde la Clínica Rementería queremos hacerles reflexionar acerca de esta enfermedad que constituye la segunda causa de ceguera evitable en el mundo. Por ser evitable, los oftalmólogos tenemos la importante labor de dar a conocer esta patología y de establecer unas recomendaciones que permitan un diagnóstico precoz de la misma, que será clave en el mejor pronóstico final del glaucoma.
El glaucoma afecta aproximadamente a un millón de personas en España y a unos 60 millones de personas en el mundo. Más de la mitad están ciegas por la enfermedad.
El tratamiento del glaucoma consiste fundamentalmente en disminuir la presión intraocular mediante colirios o cirugía para conseguir enlentecer y/o detener la progresión de la enfermedad. El fin último del tratamiento del glaucoma es mantener la función visual del paciente a lo largo de su vida y así conseguir que su visión no altere su actividad diaria.
En muchos casos una detección temprana del glaucoma consigue evitar su progresión a glaucoma avanzado. Por este motivo, es recomendable que las personas mayores de 40 años acudan a una revisión oftalmológica cada 2 años, así como, los pacientes con factores de riesgo conocidos (antecedentes familiares de glaucoma, presión intraocular elevada, miopía, raza negra o asiática) y los mayores de 60 años, deberían hacerlo anualmente.
Perfil del paciente que acude a una consulta de glaucoma
Con el fin de establecer el perfil del paciente que acude a las consultas de glaucoma de la Clínica Rementería, hemos analizado esta población en función de diversas variables. Un total de 200 pacientes fueron seleccionados aleatoriamente de la sección de glaucoma y clasificados en función de la edad, el sexo, el motivo de la consulta inicial, la presencia o no de antecedentes familiares de glaucoma, el tipo de glaucoma y su defecto refractivo.
La población total analizada estaba constituida por un 52% de mujeres y un 48% de varones con una edad media de 68 años.
En función del motivo de consulta inicial encontramos un 30% de pacientes que acudieron a una revisión oftalmológica de control y que fueron diagnosticados de glaucoma o hipertensión ocular en una primera consulta. Un 58% de los pacientes atendidos ya habían sido diagnosticados de glaucoma y acudían a una revisión de su enfermedad, y por último, el 12% de los pacientes restantes solicitaban una valoración oftalmológica para descartar glaucoma dado que presentaban antecedentes familiares de glaucoma conocidos.
Del total de la población con glaucoma y/o hipertensión ocular analizada, un 26% de los pacientes conocían sus antecedentes familiares de glaucoma, un 49% consideraban no tener dichos antecedentes, y un 25% no podían precisar si existían antecedentes de glaucoma o no en sus familias.
En función del tipo de glaucoma que presentaban los pacientes estudiados encontramos un 64% de pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto, un 12% con glaucoma pseudoexfoliativo, un 7% con glaucoma de ángulo estrecho y un 2% con glaucoma normotensivo. Un 15% de los pacientes analizados presentaban hipertensión ocular sin neuropatía óptica glaucomatosa.
El defecto refractivo más común encontrado en la población estudiada fue la miopía (55%) asociada o no a astigmatismo; un 35% de los pacientes eran hipermétropes y un 10% emétropes.
En conclusión podemos afirmar, que como en la medicina en general, el mejor pronóstico de una enfermedad pasa por un diagnostico precoz. Prestemos especial atención a aquellas enfermedades que no nos dan signos de alarma, y ésta semana especialmente al glaucoma.
Dra. Beatriz Puerto
Op. Vanesa Blazquez