Los pasados 12, 13 y 14 de abril tuvo lugar OPTOM 2024, el 28 Congreso Nacional de Optometría, Contactología y Óptica Oftálmica. Un evento científico sanitario de primer nivel que reunió en Madrid a los mejores profesionales del sector. Acudieron más de medio centenar de ponentes de todas las comunidades autónomas y de prestigiosos centros de investigación y universitarios para intercambiar anécdotas, aprendizaje y experiencia.
Los conferenciantes invitados coordinaron, moderaron y desarrollaron el programa del congreso -cada año más extenso y completo-, centrado en conferencias magistrales, sesiones plenarias, mesas redondas, cursos monográficos, y otras actividades, con clara pretensión de profundizar y actualizar conocimientos relacionadas con la optometría y en el control y tratamiento de las principales disfunciones que afectan a la salud ocular y visual.
José María Sánchez Pina y Vanesa Blázquez, optometristas de Clínica Rementería acudieron a la cita entre colegas, y participaron en varias sesiones clínicas del programa, “OPTOM es uno de los encuentros más relevantes de nuestro sector, está fenomenal organizado. Resulta especialmente interesante el tinte clínico de la mayoría de las temáticas. Además, cada vez acoge a más ponentes internacionales, súper especializados y expertos en área bastante peculiares”, explica Sánchez Pina.
La conferencia inaugural corrió a cargo de Juan José Salazar Corral, Doctor, neurobiólogo, catedrático de la Universidad Complutense y director del Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo. El experto abordó cómo la biología evolutiva de nuestros ojos desafía al diseño inteligente. Bajo el título “El origen del ojo”, destapó los misterios de la evolución de unos órganos claves para nuestra interacción con el mundo, ya que permiten observar las cosas de una manera u otra en función del entorno y de las circunstancias de cada ser. Un viaje desde los comienzos -cuando el hombre sólo percibía simples manchas de pigmentos fotosensibles- hasta las maravillas de la visión moderna, con su correspondiente variedad de adaptaciones oculares, evolutivamente ajustadas por las necesidades específicas de los puntos geográficos, de los hábitats y de las distintas especies que poblamos la tierra.
Las conferencias magistrales se destinaron a las “Aplicaciones terapéuticas de la luz en optometría y oftalmología” y a la “Terapia génica en distrofias hereditarias de la retina” respectivamente. La primera fue un éxito. Impartida por Nicola Logan, optometrista y directora del laboratorio de investigación de Aston University (Inglaterra), y Raquel Gil Cazorla, óptica, optometrista y profesora de optometría del College of Health and Life Sciences de la misma Universidad. Las investigadoras hablaron de avances en el uso terapéutico de la luz durante los últimos años, explicando cómo actualmente es capaz de ayudar a frenar la progresión de la miopía y evitar complicaciones irreversibles (como la maculopatía miópica, el glaucoma o el desprendimiento de retina). También argumentaron cómo la luz ultravioleta retrasa o detiene la progresión del queratocono, y que aproximadamente el 20% de los pacientes con esta condición eventualmente necesitarán un trasplante de córnea para mejorar su visión.
La segunda fue orquestada por la profesora de la Universidad Complutense y doctora, María Pilar Tejada Palacios, oftalmóloga y Jefa de Sección de Oftalmología Pediátrica y coordinadora de la Unidad de Terapia Génica de Oftalmología del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Tejada detalló su experiencia en el tratamiento con el primer fármaco de terapia génica. El medicamento ha sido validado para combatir una distrofia hereditaria de la retina, en concreto la asociada a la mutación del gen RPE65. Hay muchos ensayos en marcha, pero ningún otro fármaco aprobado, y sus investigaciones resultan suponen un gran avance en el abordaje de esta patología.
La facultativa puso en contexto la enfermedad, la clínica, el diagnóstico precoz y la importancia del diagnóstico genético. Posteriormente explicó el proceso de actuación del fármaco y las aportaciones de su práctica clínica, enfatizando en cómo esto está contribuyendo a mejorar la calidad de vida de muchos pacientes afectados. Ella y su equipo han introducido diversas pruebas funcionales, incluyendo un circuito construido en el propio 12 de Octubre, que les permite valorar las sensaciones del paciente en condiciones de menor iluminación tras el tratamiento. Lo mejor de su intervención es el horizonte abierto, impensable hace unos años, para patologías degenerativas retinianas y sin tratamiento… hasta ahora.
El congreso ha sido un rotundo éxito, lleno de reencuentros y sobre todo, objetivos conseguidos. Y es que OPTOM se impulsa por motivos múltiples: intercambiar estrategias de actuación clínica en el ámbito de la Optometría, actualizar conocimientos sobre las investigaciones científicas más vanguardistas en relación con el mundo de la óptica oftálmica, incentivar el liderazgo de los expertos de la visión para ofrecer a la población la mejor atención, fundamentalmente hacia los pacientes de mayor edad, concienciar sobre la importancia del papel del óptico y del optometrista en cuanto a la prevención y el control de la miopía, trasladando a la clínica la evidencia actual y, por supuesto, adaptarse a los nuevos tiempos explorando las posibilidades que tiene el uso de la IA en la actividad de los sanitarios enfocados en la visión.
Asimismo, en instalaciones próximas y simultáneamente a OPTOM, se celebraba la segunda edición consecutiva de ExpoÓptica, con un 29,4% más de visitantes profesionales que el año anterior. Ciento treinta empresas presentaron sus novedades. Hablamos de compañías de distinta índole relacionadas con la visión: primeras marcas de moda óptica, fabricantes, distribuidores, centros de formación, proveedores y desarrolladores de softwares especializados y de equipos para ópticas. Una acertada coincidencia de calendario que potencia la creación de sinergias entre ejecutivos de ámbitos muy relacionados.