
El Profesor D. José Manuel Benítez del Castillo, Jefe de la Unidad de Superficie Ocular y Ojo Seco de la Clínica Rementería, acaba de ser nombrado presidente de la SEO (Sociedad Española de Oftalmología). El reputado organismo, focalizado en la formación de calidad continuada para los médicos oftalmólogos españoles, se sustenta sobre la integridad y la transparencia, valores absolutamente inherentes a la ciencia… y a la praxis de su nuevo directivo. La SEO, referente a nivel europeo y mundial, persigue la excelencia científica, una cualidad también compartida con el Profesor José Manuel Benítez del Castillo.
Licenciado en 1986 en Medicina y Cirugía por la Universidad de Cádiz, su calificación fue de Sobresaliente. En 1992, tras realizar su Residencia vía MIR en el Hospital San Carlos de Madrid, se consagró oftalmólogo. Aquel mismo año además obtuvo el título de Doctor en Medicina y Cirugía -con Apto cum laude y Premio Extraordinario del Doctorado-por la Universidad Complutense de Madrid.
Estos brillantes inicios ya hicieron presagiar su posterior carrera estelar, plagada de investigación y docencia como Profesor Titular de la Universidad Complutense, Catedrático de Oftalmología, tutor de residentes, así como director y supervisor de decenas de tesis doctorales. Además, su impecable trayectoria como médico oftalmólogo súper-especializado, le han valido para coronarse como uno de los Mejores médicos oftalmólogos de España de 2023, elegidos por el prestigioso diario El Confidencial.
Hablamos sobre reconocimiento, recuerdos y futuro con el nuevo presidente de la SEO y médico de Clínica Rementería.
¿Qué significa para usted haber sido nombrado presidente de la SEO en 2023?
Un honor y una responsabilidad. Un honor por haber sido elegido por mis compañeros y una responsabilidad porque defraudarles no es una opción.
¿El hecho de ser el presidente más joven de los últimos 25 años añade, quizás, más honor aún?
Esto me acerca algo más a las nuevas generaciones. Los oftalmólogos millenials ven la sociedad de una manera diferente a nosotros, y la sociedad es de ellos, son el futuro, y debemos preguntarles qué quieren de ella.
¿Qué funciones conlleva este nuevo cargo?
La representación de los oftalmólogos españoles ante la población y ante todas las autoridades.
Parece que este es su año, El Confidencial también le ha elegido uno de los mejores médicos oftalmólogos de España. ¿Cómo se siente?
Doblemente orgulloso. Sobre todo, porque en este caso también fui elegido por un grupo de prestigiosos compañeros, pertenecientes a la comunidad médica.
¿Cómo nació su amor por la medicina?
Creo que es algo innato. Abuelo médico, padre oftalmólogo… la verdad es que nunca me plantee otra profesión. Lo que viví en mi casa me gustaba.
¿Y por qué Oftalmología?
Es una curiosa historia. Cuando estudiaba medicina comenté que me llamaba la atención la psiquiatría, así que mi padre me envió a un psiquiátrico durante una semana. Al día y medio le llamé y le dije: papá, yo oftalmólogo como tú.
Superficie Ocular y… Ojo Seco. Una patología bastante desafiante, puesto que no que tiene cura absoluta. ¿Por qué eligió esa súper-especialidad?
Cosas del destino. Surgió una oportunidad en el hospital en esa plaza y allí entré y me encantó. El hecho de que no tenga cura hace que los pacientes sufran bastante y mi amor por la psicología médica me empuja a querer darles consuelo.
¿Podría describir su día a día en Clínica Rementería?
Para mí, acudir a mi consulta es como ir a visitar a un grupo de amigos. Además de la excelencia profesional, lo que más caracteriza nuestra Clínica es el ‘buen rollo’.
Recientemente ha traído a la Clínica Rementería un microscopio confocal de múltiples ventajas. ¿Qué experiencia ha tenido con él? ¿Qué le llevó a ponerlo a disposición de nuestros pacientes?
Este instrumento, único en la oftalmología privada de Madrid, nos ayuda a detectar infecciones corneales incluso cuando los cultivos son negativos, estudiar el ojo seco, y a diagnosticar determinadas enfermedades neurológicas sin necesidad de realizar biopsias.
Además de una carrera médica brillante, su trayectoria siempre ha estado absolutamente ligada a la investigación y a la docencia. Usted mismo fue un alumno fuera de serie. ¿Detrás de un gran médico siempre ha habido un gran profesor?
Siempre. De jóvenes buscamos referentes, personas a las que queremos parecernos de mayores, y yo he tenido grandes maestros, empezando por mi padre, que en un Jerez de la época fue un profesional de reconocido prestigio en España.
También ha dirigido decenas de tesis doctorales. ¿Nunca se cansa de ayudar y aportar?
Jamás. Aprendo de mis alumnos y de mis residentes todos los días. Hay que leer, estudiar y escuchar, siempre aprendes algo nuevo.
¿Qué opina de las nuevas generaciones de oftalmólogos?
Pues que son nuestro futuro y tienen que saber mucho para que nos operen bien las cataratas…
Además de la investigación y la docencia también le interesa el ámbito científico. ¿Ha desarrollado algún tipo de tecnología oftalmológica?
Actualmente he participado en la invención de un instrumento para medir la sensibilidad corneal denominado estesiómetro.
¿Cuáles son sus mejores recuerdos profesionales?
Todos los días son bonitos. Levantarme para ayudar a la gente me ilusiona cada mañana, pero lo que más me gusta es un ‘gracias doctor, por haberme cambiado la vida’.
¿Cuál es la ‘peor parte’ de ejercer la medicina?
Cuando te topas con las limitaciones de la ciencia y no puedes ofrecer al paciente la solución que necesita.
Después de más de treinta años dedicándose al mundo oftalmológico de una manera tan amplia, ¿qué le queda por hacer/aprender?
Todo lo que vaya apareciendo. Un tema que me apasiona ahora es la inteligencia artificial (IA) aplicada a la medicina.
¿Dónde le gustaría verse en el futuro?
Trabajando y aprendiendo de las nuevas generaciones.