La Clínica Rementería nació con un claro propósito: proporcionar salud visual a cada individuo como si fuese el único, tratándole con la mayor profesionalidad y humanidad posible. Para nosotros, el paciente siempre está en el centro, y nuestro lema, “Curamos ojos, tratamos personas” también implica garantizar la seguridad de quienes nos eligen para cuidar de su vista.
Los pacientes entran por la puerta buscando atención médica, protección y tranquilidad, esto nos obliga a actualizarnos constantemente, y a poner en marcha un exhaustivo trabajo de organización, gestión, información y protocolos que nos permitan perfeccionar todos nuestros procesos.
La Seguridad del Paciente, según la define la OMS, es un marco de trabajo, un conjunto de acciones dirigidas a reducir los riesgos y los errores inherentes a la actividad médica, disminuir el daño evitable inducido al paciente y cuando algo de lo anterior ocurre, limitar el impacto. Dicha organización ya puso en marcha su Plan de Acción Internacional 2021- 2030 para que cada país, comunidad autónoma e incluso centro sanitario, adaptase sus estructuras concretas a este reto común.
El objetivo es claro: proporcionar a cada paciente el trato más seguro en términos médicos, asistenciales, de calidad y de humanidad. La Comunidad de Madrid, a través del Decreto 4/2021, habilitó el marco legal bajo el cual se debe trabajar respecto a los aspectos que tienen que ver con la Seguridad del Paciente. Esto supone que todos los centros sanitarios, ya sean públicos o privados, de la Comunidad deben desarrollar planes específicos y disponen de diferentes plazos y requisitos a cumplir en función de su actividad y de su tamaño.
Con toda la información encima de la mesa, el equipo directivo de Clínica Rementería no lo dudó, y ya hace dos años implantamos de forma precoz un nuevo funcionamiento sanitario que está cambiando el futuro no sólo de nuestros pacientes sino también de nuestro equipo asistencial y gestor.
“La sanidad es un entorno de trabajo de alta complejidad, perfectamente comparable a la de otros sectores como la aviación, la industria automovilística, etc…”, explica el Dr. Juan Gros, Director Docente de Clínica Rementería y Secretario del Comité de Seguridad del Paciente de la misma, y prosigue, “todo lo relacionado con la Seguridad del Paciente persigue reducir al máximo las probabilidades de riesgo y de fracaso”. Es decir, se aspira a que no haya errores, pero mientras que eso llega, se trabaja de forma sistemática para que haya muy pocos y que, en caso de producirse, que no sean graves y tengan una solución rápida.
El Dr. Juan Gros es uno de los grandes impulsores y defensores del modelo “porque disponer de una herramienta como el Comité de Seguridad, nos permite ser proactivos en la identificación de problemas, en mitigarlos, y porque sirve, sobre todo, para aprender de ellos”, declara. La forma de trabajar se basa en modelos de consultoría médica en tecnología, pero adaptados a nuestras circunstancias, una sistemática de trabajo que ha sido rápidamente adoptada por los miembros del Comité. Es necesario destacar que implementar una manera de proceder de estas características conlleva involucrar a perfiles profesionales diferentes (en el Comité participa Dirección Médica, Dirección General, Dirección Financiera, Jefa de Optometría, Coordinadora de Calidad, Jefe de Anestesia, Jefa de Quirófano, Jefe de Auxiliares y tres Jefes de Secciones médicas) porque es un sistema de trabajo que mezcla aspectos médicos, logísticos, administrativos, y legales, lo cual habla de la alta complejidad del trabajo a realizar y del compromiso general por parte de la organización, comenzando por la Dirección de la Clínica. “Ha sido una suerte haber podido contar con el apoyo incondicional de éstos. Los directivos de la Clínica siempre estuvieron convencidos de la necesidad de mejorar determinados modus operandi, aunque esto conllevase invertir en recursos y el esfuerzo extra de todos los profesionales. Adquirieron un gran compromiso institucional desde el principio, conscientes de que la Seguridad del Paciente abarca múltiples aspectos, unos más visibles y obvios que otros, pero todos imprescindibles”.
Lo cierto es que los dos últimos años han traído cambios tangibles. Ahora que el proyecto rueda y apunta a seguir perfeccionándose, el médico recuerda los inicios: “empezamos a intentar solucionar los problemas que surgían durante el propio devenir diario de nuestra actividad oftalmológica, sin embargo, poco a poco estamos consiguiendo anticiparnos a ellos, desarrollando iniciativas muy detalladas y formando -e informando- a los equipos como corresponde”. La acción clínica, quirúrgica y administrativa de Clínica Rementería mejoran de forma sostenida en el tiempo, en parte porque el personal se siente más conectado, arropado y comprendido -incluso entre distintos departamentos-, y porque el propio Comité anima constantemente a reportar cualquier incidente -grande o pequeño- para poder tomar cartas en el asunto, modificando y optimizando sus correspondientes protocolos de trabajo.
El buzón de mail de Seguridad de Paciente de Rementería recibe ideas, impresiones o incidentes acontecidos relacionados con cualquiera de los pasos del proceso asistencial de nuestros pacientes. En base a esta información, el Comité de Seguridad empieza a estudiarlos, clasificándolos por ámbito, fecha, gravedad del daño y departamentos implicados. Posteriormente gestiona la respectiva propuesta de mejora poniendo, de nuevo, el bienestar del paciente en el centro. Nada cae en saco roto. A todo se le busca solución. “Los miembros del Comité no queremos que la plantilla que reporte sobre algún aspecto a mejorar del proceso asistencial de los pacientes queden sin una respuesta por nuestra parte”, comenta el Doctor Gros. De ahí la gran utilidad de los mecanismos de Seguridad del Paciente: contra el silencio, comunicación constante y proactiva.
Recibir estas impresiones de forma personal -a través del correo- y también colectiva
-por medio de encuestas trimestrales-, ayuda al Comité a tener una fotografía real sobre el funcionamiento de los protocolos ya implantados y sobre lo que piensa -incluso siente- el personal de la Clínica Rementería.
La Seguridad del Paciente requiere organización, constancia, actualización, y un sinfín de condiciones específicas, sin embargo, jamás será posible sin un gran trasfondo de conciencia y humanidad. Este nuevo enfoque para la oftalmología requiere un cambio de mentalidad global. El Dr. Juan Gros está convencido de que nunca avanzaremos sin la madurez (¿y humildad?) necesaria para aceptar nuestras propias equivocaciones. “Nadie comete errores adrede, errar va implícito en el ser humano. Interiorizar este hecho nos conduce a dejar de ‘tapar’ cualquier fallo propio o de equipo. Es más, el Comité de Seguridad del Paciente de Clínica Rementería aboga, precisamente, por lo contrario: subrayar cualquier dificultad, trasladarla sin miedo, abiertamente, y ponerse manos a la obra para que no se vuelva a repetir”.
Y es que actualmente la mayoría de los fallos que se producen en sanidad no surgen de que ‘alguien haya hecho algo mal’, sino de que muchos de los procesos no estén bien detallados y organizados previamente. Mejorándolos, se consigue proteger primero a los pacientes, y por ende al personal de la Clínica. En esta protección bidireccional reside la verdadera seguridad. La confianza y el bienestar de nuestros pacientes se mantienen prioritarios. Por ello elegimos anticiparnos. Evitar el error antes de tener que subsanarlo. “Más vale prevenir que curar” dice el refrán, y para nosotros cobra un sentido absolutamente estricto. Sabemos cuál es el buen camino. Y seguiremos afinando sin pausa. La nueva era de la oftalmología era esto.