La diabetes es un trastorno metabólico frecuente (afecta entre el 2% y 6% de la población en el mundo occidental), que se caracteriza por unos niveles de glucosa (azúcar) en sangre, de forma mantenida, por encima de los límites normales. Esta situación ocasiona daños, principalmente, a nivel de los vasos sanguíneos y de los nervios. Pudiendo provocar complicaciones en todo el organismo, siendo el ojo, uno de los órganos diana de esta enfermedad.
Actualmente, la diabetes es la principal causa de ceguera en los países desarrollados.
Veamos las afecciones oculares más frecuentes en los pacientes diabéticos:
RETINOPATÍA DIABÉTICA.
La retina se encuentra en la parte posterior del ojo y es la encargada de recibir las imágenes que percibimos y trasmitirlas al cerebro para procesarlas. La lesión de los vasos retinianos en los pacientes diabéticos, generalmente de tiempo de evolución de la enfermedad con mal control metabólico, provocan la aparición de hemorragias, dilatación de los pequeños vasos retinianos (microaneurismas) con aumento de la permeabilidad de los mismos y la consecuente aparición de edema y exudados.
En fases más avanzadas de la enfermedad, se puede producir la formación de nuevos vasos en la retina, los cuales son frágiles y pueden sangrar con facilidad, provocando hemorragias vítreas que ocasionan pérdidas de visión y tejido de cicatrización que pueden desembocar, en los casos más graves, en desprendimientos de retina, con gran riesgo para la visión.
En cualquiera de las fases de la retinopatía diabética puede verse afectada la zona central de la retina (la encargada de la visión central), la denominada mácula, apareciendo inflamación a este nivel, que es lo que se conoce como edema macular diabético, provocando una disminución de la visión central.
CATARATAS.
La catarata es una opacificación del cristalino (la lente interna del ojo), lo que genera pérdida de visión. Éstas son más frecuentes y se producen en una etapa más temprana en personas con diabetes.
GLAUCOMA.
El glaucoma es una enfermedad que daña el nervio óptico, causando daño progresivo del campo visual, que si no se diagnostica y trata a tiempo, termina en ceguera irreversible.
Estudios señalan que el riesgo de padecer glaucoma entre los pacientes con diabetes es 3 veces mayor. En los pacientes con diabetes también puede aparecer un tipo de glaucoma llamado glaucoma neovascular, el cual se caracteriza por la aparición de nuevos vasos sanguíneos en la cámara anterior del ojo, generando una condición en la cual se eleva la presión intraocular a niveles muy altos, lesionando al nervio óptico y ocasionando pérdida de la visión que puede llegar rápidamente hasta la ceguera. Si presenta glaucoma y diabetes, debe asegurarse que el control de su glaucoma sea estricto, ya que el riesgo de ceguera es mayor en los pacientes diabéticos.
VISIÓN DOBLE:
Otra complicación que pueden presentar los pacientes diabéticos es la parálisis de los nervios oculomotores: afectación de los vasos que nutren los nervios oculomotores, es decir, de los nervios responsables del control de los movimientos coordinados de ambos ojos, lo cual puede producir visión doble.
REFRACCIÓN INESTABLE
Además los pacientes diabéticos pueden padecer refracciones inestables, por cambios a nivel del cristalino por un aumento brusco de los niveles de azúcar.
Éstas son muchas de las posibles complicaciones oftalmológicas que puede desarrollar un paciente diabético, por lo que es de gran importancia un estricto control metabólico de los niveles de glucemia, colesterol, así como de la presión arterial.
Así mismo se recomienda dejar de fumar.
Es esencial la realización de revisiones periódicas del fondo del ojo de los pacientes diabéticos, de manera que las formas con gran riesgo de pérdida visual puedan ser diagnósticadas precozmente y tratadas a tiempo y, si existe un desarreglo metabólico importante, nuestro control ocular deberá ser más estricto